miércoles, 15 de septiembre de 2010

Stop&Shop, el supermercado.

Por extraño que parezca, uno de los lugares -además de la facultad- en que gasto más tiempo (y en este caso también dinero) es en el supermercado. Es increíble la diferencia que hay con respecto a los españoles, en tamaño, número de productos y servicios adicionales. ¡Te entran ganas de comprarlo todo!

Un tercio del Stop&Shop visto desde la entrada al Westside Campus, nótese tan sólo la longitud de la fachada del establecimiento.

Desde mi punto de vista, en la parte profunda de Estados Unidos (es decir, fuera de las grandes ciudades) supermercado e hipermercado son lo mismo. Esto se sabe cuando sólo se quiere echar una ojeada por encima y de repente ya ha pasado una hora. Y es que tal superficie hace que el tamaño de los lineales sea enorme, y también lo es la variedad de productos del mismo género que podemos encontrarnos en ellos. 

Ejemplo: ayer fui a comprar pan de molde, y calculé que la parte de la estantería con tan sólo este producto debía medir unos diez metros. ¿Cuántas clases diferentes puede haber? Ni idea, sólo diré que no pude comparar todos los precios por aburrimiento, entre marcas y tipos (integral, semi integral, blanco, negro, de cereales, etc.) al final opté por la marca del distribuidor. El tiempo es oro, y los productos de Stop&Shop tiene una buena relación calidad-precio.

Panorama de la tienda, justo desde la puerta de entrada.

Se puede uno preguntar, ¿hay productos españoles? Sí, los hay, y de todo el mundo en general. Especialmente importante es la sección de productos de América Latina y Portugal -por el tema de la inmigración-, si bien muchas marcas a lo mejor no nos suenan por dedicarse únicamente a exportar. Los precios de estos productos son, lógicamente, un tanto elevados... pero es lo que tiene tener a tu disposición ciertos manjares de tu tierra.

Chorizos, tanto en pack de 2 como de 4, de la marca Goya. Un auténtico extermina-morriña.

Algo que choca es encontrarse con un banco o una farmacia justo después de poner las compras en las bolsas, mejor dicho, después de que te las pongan -recordemos que aquí el cliente es el rey-. Imagino que tratan de agrupar servicios para atraer al consumidor. Como aquí no se camina, cuando te bajas del coche ha de ser para algo productivo...

¿Y las bolsas? Pues bien, podemos optar por las de plástico de toda la vida (si no las queremos nos descuentan unos céntimos), por el cartucho de papel (el de las pelis... pero que no es demasiado práctico para caminar...) o por la bolsa reutilizable (que es la que yo uso).

¿Curiosidad por algún producto en especial? ¡No dudéis en preguntarme!

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