sábado, 18 de septiembre de 2010

El coche (I).

Sin duda, nada más aterrizar en este país, lo que más impresiona a uno es el tamaño de los coches, ¡son enormes! El concepto de "compacto" no es demasiado común aquí, si bien se ve algún coche tipo VW Golf... pero lo que más abunda es la berlina. Claro, si los combustibles estuviesen al precio al que están en Europa, otro gallo cantaría.

Antes que nada, decir que aquí todos los coches funcionan con gasolina (el diesel es para camiones y vehículos de trabajo), y la mayoría de ellos tienen cambio automático.

Por marcas, en contra de lo que mucha gente puede pensar, decir que se ve mucho turismo japonés (Toyota y Honda especialmente) y cada vez más europeo (Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen y Audi). Algún americano me ha comentado que los coches nacionales son los de peor calidad... no puedo confirmarlo. 

A pesar de toda esta gente que no opta por el producto nacional, hay otros muchos que sí, y a por ellos vamos, a por el americano de verdad. Veamos un par de ejemplos:

La pick-up.

Para muchos debe significar la verdadera autorrealización. La mayoría tiene motores V8 de 3.000, 4.000 o incluso más centímetros cúbicos. Se ven muchas, y eso es porque, según me comentaron, existen beneficios fiscales al comprarse una (pensemos en el autónomo que la pone como vehículo de empresa). Muchos las llevan con llantas de aluminio pulidas, otros con chimeneas en lugar de tubos de escape convencionales y hasta hay gente que le compra un kit para elevarla todavía más, en ese caso parecen monster trucks... y lo curioso es que, aún así, se meten por autopistas...
Típica pick-up americana aparcada en una zona comercial. Como se puede deducir, aquí las plazas de aparcamiento son amplias... 
no hay que matarse mucho para aparcar.

Este medio de transporte se puede transformar, si cabe, en algo más manejable... sencillamente enganchándole un remolque a la altura de las circunstancias. Con esto quiero dejar patente, de paso, que las carreteras aquí son amplias, muy amplias, y no hay demasiadas curvas. Pensemos que, si esto no fuese así... ¿quién se atrevería a andar con semejante armatoste?


Aquí creo que no hacen distinción entre carné de coche más remolque y carné de trailer... total, por un par de metros más. Por cierto, la foto es de uno de los vehículos de la universidad.

Imagino la conversación: "¿Para qué vas a llamar a la grúa? Te acerco yo el coche, ¡en serio!".


El todo-terreno panelado (como la nevera de casa).

Todo el mundo lo ha visto en alguna película o serie de televisión y, aunque no se ven muchos, he encontrado uno aparcado en la universidad el otro día... no sé en qué momento a alguien se le ocurrió esta genial idea, en todo caso, ahí va una foto para que lo podáis contemplar en todo su esplendor.

He aquí un espécimen de esta moda que nunca hubiese podido surgir en otro lugar, más que aquí.

Por último, pero no por ello menos importante, vamos a uno de los vehículos en los que a todos nos gustaría subir alguna vez:

El autobús de Otto.

Genuinamente amarillo, con la señal de STOP del lado del conductor, e incluso algunos con el famoso mensaje de "deténgase cuando vea que las luces rojas se encienden". Obviamente sólo se dedican a transporte escolar... por lo que su disfrute está restringido a los más pequeños... pero seguro que habrá alguna forma de subirse a uno...


¿Irá a buscar al pequeño Timmy?

Bueno, esta entrada tendrá, sin duda, segunda y tercera parte... como mínimo. De lo apegados que están los americanos a sus coches hablaré próximamente, pero antes he de sacar unas fotos que corroboren las hipótesis...

1 comentario:

  1. Lo peor que te puede pasar es ir conduciendo detrás de Otto y que pare, ¡madre mía! es como si el bus pasase a ser un avión o una nave espacial, aparecen luces, warnings, señales de stop... todo un despliegue de luz y color ¡cualquiera lo adelanta!...

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