sábado, 11 de septiembre de 2010

Football (≠soccer).

Ayer tuve la ocasión de ver mi primer partido de fútbol americano (en adelante football). Los americanos usan la palabra soccer para referirse a lo que nosotros comocemos como fútbol. Vamos, que un Barça-Madrid no es football, sino soccer.

Lo cierto es que yo ya conocía algunas de las reglas del juego, gracias al videojuego NFL, pero en directo esto es todo un ritual.

En primer lugar, se recibe a los jugadores en el momento en que entran al terreno de juego -la banda de la universidad toca en directo mientras las animadoras agitan sus pompones- y momentos después se escucha el himno nacional. Como homenaje a las víctimas el 11-S, se guardó un minuto de silencio.


Un observador desde la bancada, en el momento en que los Colonials (el equipo local) entran al campo. ¿Estará prestando atención a los jugadores o a las animadoras?

Luego, como se trata de un juego a tiempo parado -a veces aburrido-, entre jugada y jugada la fiesta continúa, se venden rifas, la banda ameniza el ambiente y las animadoras no paran ni un minuto.

Ambos equipos colocados antes de comenzar una jugada. No me gustaría verme involucrado en el asunto...


Hasta aquí todo bien, ¿no? Vamos ahora a lo que no sale en las pelis, o que si sale, es algo diferente a lo que sucede en realidad...

El comentarista.

A diferencia de los aburridos partidos de soccer de equipos locales españoles, aquí hay un señor encargado de hacernos saber quién ha placado a quién, en qué yarda se ha detenido la jugada y si han encajado el punto extra luego de hacer un touchdown.

El señor comentarista, al que en un primer momento confundí con paisano local que no había encontrado un asiento libre (por ir con paraguas, digo).

El hombre con el palo naranja.

Uno de los asistentes del conjunto de árbitros, que se encarga de marcar la línea de first down. Ya sé, es muy complicada la terminología... pero pensemos en este chaval: no cobra por estar ahí (según me comentaron algunos americanos), se tira el partido de pie... y nadie reconoce su trabajo.


Uno de los componentes de la "chain gang". El tío se pasó tres horas sujetando el palo (the stick).

Las animadoras ("cheerleaders").

Nada que ver con el cliché. Son estudiantes de los primeros cursos, que yo diría que hacen más deporte que los propios jugadores, ya que entre jugada y jugada están cantando, bailando y haciendo piruetas arriesgadas. Traen muy trabajadas la coreografías, y realmente animan mucho. Además, no dejan de sonreír en todo el partido.

Las cheerleaders en medio de una de sus coreografías.

Para los que se puedan estar preguntando... ¿cantan eso de "Dame una A..."? No, no lo hacen. Y para probarlo ahí va un video de uno de sus cantares:

"Let's go Western, let's go!"

La mascota no estaba ayer en el partido, por lo que he de volver... ¡un estudiante de intercambio no se puede volver a casa sin una foto con ella!

Y ya para finalizar este artículo, que poco habla de football, el resultado final:

WestConn 28 - SUNY Martime 41

No hubo suerte esta vez...

4 comentarios:

  1. a cantidade de clichés q vas vivir in person!!!!
    jajaja....
    por certo, o partido é púclico ou hai q pagar entrada??curiosidade q ten unha....

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  2. gratuíto, enseñando a tarxeta da uni

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  3. ¿Quién es la novia del quarterback?

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  4. A cousa... é que hai varios quarterback! pero en calquera caso non creo que teña moito éxito porque o equipo SUCKS! jajajaj

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