jueves, 30 de septiembre de 2010

This is crazy man, CRAZY!!

En esta entrada no habrá fotos, no he podido conseguirlas, lo que en parte es mejor. Acabo de llegar de salir en un "club" americano, lo que sería una especie de discoteca, pero con música de pub... una combinación diferente.

Lo cierto es que vengo escandalizado, y trataré de explicar la razón. Fuimos a Tuxedo, un "club" en el centro, nos llevó Anouk (una chica francesa) junto con sus amigas... pero aquello era otra cosa, aquello era un templo del vicio.

La gente no bailaba, se restregaba, literalmente (en inglés: to grind). Es increíble ver a chicas de 18 años rozándose literalmente con un tío al que ni siquiera conocían, o al que no le habían visto a lo mejor ni la cara, porque el tío se había acercado por detrás... pero además la cosa ya era más que nada lujuriosa, las chicas casi a cuatro patas, en el medio de la pista de baile, y los tíos levantándoles el vestido hasta la cintura... obviamente -o no tanto- ellas se lo volvían a bajar, pero tampoco demasiado.

Especialmente chocante fue ver a una compañera de clase de una de las chicas ejecutando tan sensual baile, al mismo tiempo que agitaba la mano saludando, mirando hacia nosotros... no tengo palabras. Vergüenza ajena es un concepto que hoy se me ha quedado corto, han de inventar una nueva palabra para describir lo que presencié esta noche...

Lo cierto es que comentando ésto con uno de mis compañeros de piso, éste me ha dicho que eso es "normal" en determinados lugares, y especialmente si uno se va a algunos clubs en NYC, donde no es tan extraño ver a gente manteniendo relaciones sexuales en la pista de baile... y si el río suena...

También me llamó la atención cómo los menores de 21 se las ingenian para beber en los "clubs". Al entrar, te piden un documento de identificación y, si eres mayor de edad, te ponen una pulsera de papel, de este modo no tienes que enseñar el pasaporte/carné de conducir cada vez que vas a pedir. El caso es que los más avispados toman prestada una de éstas y luego van a la barra a por bebida (imagino que traerán celo de casa, porque la pulsera al sacarse se rompe...). Hecha la ley, hecha la trampa.

Por cierto, una "caña" en este lugar, y sólo hasta las 11, costaba $1; a partir de esta hora, $2. No está mal, ¿eh? El "club" cerraba hacia las 2, para hacerse una idea de los horarios americanos de fiesta.

Gracias a esta "expedición" hoy he comprendido una expresión que mi compañero de habitación usa habitualmente: "Bitches be crazy, son!". Y es que lo de hoy hay que verlo para creerlo.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Danbury Railway Museum.

Una de las cosas que uno puede encontrarse en Google cuando teclea y busca el nombre de esta ciudad, es su museo del ferrocarril. El otro día tuve la ocasión de visitarlo.

Vista del museo, con el cartel en la entrada.

La visita fue muy curiosa. En la taquilla nos atendió una señora jubilada (muy maja, por cierto), y nos dijo que la visita guiada acababa de comenzar, pero que no nos preocupáramos, ya que el guía era su marido. El señor en cuestión (también encantador), llevaba una gorra roja con su tarjeta de identificación enganchada en ella, era un jubilado de la compañía de ferrocarriles de New Haven al que, obviamente, le encantaba el mundo del tren.

Se le entendía bastante bien, teniendo en cuenta que usaba muchos términos técnicos, y lo cierto es que hizo la visita de lo más agradable. Hablaré de los trenes más curiosos y de los datos anecdóticos que nos comentó.

Boston & Maine ALCO 2-6-0 Mogul 1455 (lo había apuntado, ¡quede claro! -no soy tan friki-).

Una auténtica maravilla, la única de su clase que no se transformó en chatarra.

Una locomotora de verdad, de las del tipo de El maquinista de La General. Antes que nada, destacar el tamaño de las ruedas, ¡son enormes! Luego, en la "cabina", había dos asientos: uno para el ingeniero (que controlaba la transmisión y la potencia) y otro para el bombero (que en caso de ver humo en alguno de los vagones -por falta de engrase en alguno de los ejes, principalmente- hacía sonar una campana).

La mítica caldera, cuya puerta es realmente pequeña. Sólo me faltaba el sombrero de ferroviario de la época para vivirlo aún más.

El vagón de los correos.

Sin duda la joya de la corona del museo, completamente restaurado, y con una gran cantidad de detalles de la época.

Railway Post Office, o RPO, como se solía designar a estos vagones en la jerga ferroviaria.

Repletos de trabajadores clasificando las cartas en su interior, así es como solían estar, y es que realmente era una oficina postal de lo más completo. Como detalle curioso, decir que había una ley que obligaba a que al menos una de las personas que viajase a bordo del RPO fuese armada.

Pero, dejando a un margen las armas, vamos a lo curioso del tema. Como todos sabemos, antes del desarrollo de la aviación y la masiva proliferación del automóvil, el medio de transporte por excelencia en este país era el tren. Como para realizar un viaje en un tiempo decente no podía detenerse en todas las paradas de la línea, a alguien se le ocurrió una genial idea para poner las cartas de las localidades de tamaño más reducido a bordo.

El correo se metía en un saco, que se colocaba en una especie de poste al lado de la vía. Las cartas estaban más bien a los bordes, ya que en el centro había un "cinturón" de cuero para hacerlo más estrecho.

Foto del poste. Una imagen vale más que mil palabras.

Luego, para subirlo a bordo, este vagón tenía una especie de gancho que se extendía hacia el exterior. Para ello había que abrir la puerta, y la persona responsable debía mantenerlo en posición horizontal.

Detalle del gancho, bajado, en este caso. Una vez más, se capta mejor la idea simplemente viendo la foto.

Al ir circulando a una cierta velocidad, el saco quedaba enganchado al final del gancho, ya simplemente había que tirar de él y meterlo para dentro. Es increíble pensar en la sencillez y, al mismo tiempo, eficacia del invento.

Para dejar el correo en las localidades en las que no había parada, sin embargo, el sistema no era tan "sofisticado".

Una patada al bulto al pasar por allí, y ¡listo! Literalmente, la señal dice: "Atención. Cuidado con la bolsa de correos cuando pase el tren."

Por último, y para corroborar el dicho ese de que "el mundo es un pañuelo", hablaré del FCD railbus. Este ejemplar, en concreto, nunca se destinó al transporte de pasajeros, sino a transportar mercancía (pólvora, en concreto) dentro de una fábrica en Connecticut.

El railbus, en un estado todavía deplorable. Hay que pensar que las labores de restauración del material rodante se llevan a cabo por voluntarios, que no ven un duro por su trabajo.

Lo curioso, decía, es que unos cuantos ejemplares como éste fueron vendidos a España, y operaron en la línea del FEVE. De hecho, uno como exactamente igual, pero pintado con los colores del FEVE de la época -y obviamente acondicionado para el transporte de pasajeros-, puede verse en el museo del ferrocarril de Gijón.

He de ir otro día por allí, a ver qué más material tienen por allí aparcado...

sábado, 25 de septiembre de 2010

El bar (I).

Para entrar en un bar en el estado de Connecticut has de tener, como mínimo 21 años. Incluso si no vas a beber alcohol, te requieren que seas mayor de edad, para lavarse las manos en caso de problemas.

Ayer nos organizamos entre unos cuantos ir a tomar una cerveza a un bar cerca de la universidad, muy chulo, el típico americano de las películas... cuando entramos, tomamos asiento y en el momento de pedir, la camarera nos pidió a todos nuestro carné de identidad. Le explicamos que uno de los del grupo no tenía 21 años, pero que no iba a beber; no sirvió de nada, nos explicó amablemente que la ley era así, y nos dijo que tuviésemos una buena noche.

Luego nos fuimos a otro bar que no aplica tanto la ley a rajatabla, y pudimos tomar algo. De hecho, probé dos cervezas americanas:

Coors Light®, una de las marcas más conocidas en esta zona, junto con Budweiser® (la light también es la más común).

Cerveza de Boston, más fuerte que las "light".

Es realmente ridículo pensar que una persona con, por ejemplo, 20 años, pueda pasar de ser mayor de edad en su país de origen a ser menor aquí. Ya no por el hecho de poder beber alcohol o no (que aquí es algo realmente serio, por lo que te pueden arrestar -incluso la policía de la universidad, obviamente-), sino porque aquí si eres menor la vida social se limita muchísimo.

En todo caso, la anécdota fue divertida, al poder estar luego tomando algo en el otro sitio y estar charlando un buen rato. De ahora en adelante habrá que organizarse para salir a cenar con los menores de edad y otro día sólo con los mayores a tomar algo, si no queremos que nos pongan de patitas en la calle.

Por cierto, y para terminar, detalle peliculero del bar:

El mítico neón de la Budweiser®, aunque tenían otros de otras marcas.

Todos estos detalles (incluido el letrero) son los que hacen de los USA un lugar, digamos "particular". En fin, es lo que toca... ley seca...

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La policía... ¡de la universidad!

Los alumnos de la WCSU podemos sentirnos protegidos. Tenemos un servicio de policía de la universidad a nuestro servicio.

A mi me da la risa cada vez que pienso que una cosa así puede existir, quiero decir, como tal. Distinto es que haya un servicio de seguridad en el campus (tipo guarda-jurado), por tener todo un poco controlado, debido al tamaño del mismo, los equipos que hay instalados en los edificios o sencillamente porque allí de noche no hay nadie. Eso lo puedo entender, pero ésto...

Departamento de policía de la universidad. Aquí si no vas a clase... ¡igual hasta te esposan!

Y es que cuando la gente mayor dice que el mundo está lleno de delincuentes debe de tener razón... digo para justificar tal departamento...

El caso es que como se puede pensar, no tienen mucho que hacer. De hecho, suelen estar dando paseos por los campus (gastando gasolina), así como "vigilando" durante los partidos de football (quizás también en el resto de deportes). A decir verdad, también aparecen cuando suena la alarma de incendios, están allí los primeros... y es que cuando no hay crimen contra el que luchar, todo acontecimiento es bueno para inspirar seguridad.

El coche de la poli delante de la residencia, un día por la semana a las 3 de la mañana. Se puede deducir lo que están pensado los estudiantes.


Quizás me pase por allí un día para recoger un folleto y enterarme mejor de lo que hacen... si es algo diferente a lo que está escrito arriba (y no simplemente explicado con palabras más bonitas) haré una segunda entrada, lo prometo.

Por cierto, acabo de recordar una cosa curiosa acerca de los teléfonos de uso interno repartidos por los diferentes aularios: siempre está escrito de primero y en letras bien grandes el teléfono de la policía (en lugar del de la centralita). ¿Llamará realmente la gente? 

En todo caso, y para finalizar, una última foto del parque móvil. Por cierto, hasta tienen su eslogan propio: "Distinction, excellence". Eso sí es americano peliculero de verdad...

Así aparcados en fila, parece que meten respeto, ¿eh?

Sí, ya sé, sin comentarios...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Newport, Rhode Island.

Este domingo fuimos con una amiga americana (Kelly) y su novio (Edmund) de viaje a Newport, Rhode Island. A decir verdad fue todo un detalle por su parte, puesto que es casi imposible llegar allí si no es en coche... y lo cierto es que ninguno de los extranjeros queremos conducir aquí. Más vale prevenir que lamentar.

A modo de curiosidad cabe destacar que Rhode Island (RI, como se suele abreviar) es el estado más pequeño de la unión. Con respecto a Newport, decir que fue, durante la Gilded Age, uno de los destinos turísticos preferidos de los multimillonarios de la época.

Cartel a la entrada de la ciudad. La foto la tomé desde el coche, de ahí que no se vea muy claro...


Aún hoy en día, la ciudad es un lugar de veraneo para gente pudiente. Concretamente, este domingo finalizaba la Newport International Boat Show, una feria náutica en la que armadores de todo el mundo exhibieron sus yates para el deleite de los asistentes. Cualquier persona (descalza, eso sí) podía subirse a echar un ojo a estas maravillas, aunque no tuviese claro si comprar o no. Sencillamente impresionante.

El problema no es el precio, sino elegir el color...

Retomando el tema de su pasado glorioso, hay que hablar forzosamente de las mansiones de Newport. La mayoría de ellas fueron donadas a mediados del pasado siglo a una sociedad de conservación por los sucesores de los grandes capitalistas que las mandaron construir, la mayoría de ellos ligados a la industria y finanzas del siglo XIX. Otras muchas, a la universidad Salve Regina, donde aún hoy en día son utilizadas como residencias de estudiantes.

Buena parte de ellas pueden ser visitadas en la actualidad, y lógicamente no desaproveché la ocasión. En concreto, pude entrar en "The Breakers", una de las mansiones Vanderbilt. Desafortunadamente, no estaba permitido sacar fotos en el interior -véase el link de Wikipedia más arriba-, pero comentaré unos cuantos datos que escuché en la audioguía y que me chocaron especialmente.


Vista de la parte trasera de la mansión, desde ella hay una vista impresionante del Atlántico.

Por ejemplo, el edificio tiene 12.000 metros cuadrados de superficie, tenía un sistema de pulsadores con interfono desde las habitaciones para llamar al servicio (formado por 40 personas). Constaba de 70 habitaciones y 20 cuartos de baño. En uno de ellos, hay una bañera labrada en un único bloque de mármol, que debía ser llenada y vaciada varias veces con agua caliente para ganar temperatura y poder disfrutar de un buen baño tibio. Además, tenía cuatro grifos, dos de ellos para el agua caliente y fría convencionales y, los otros dos, con las dos mismas opciones, pero con agua salada, tomada directamente del mar.

Ya para terminar, destacar que fue también en esta ciudad donde John F. Kennedy y Jacqueline L. Bouvier contrajeron matrimonio. Para ser más exactos, la ceremonia tuvo lugar en la St. Mary's Roman Catholic Church. Curiosamente, a raíz de este hecho, ha debido de surgir una moda similar a la de los candados en los puentes tras el libro de Federico Moccia. Pero en este caso, las parejas ponen un lazo de tela.


Detalle de la pintoresca tradición.


Es increíble que, siendo tan bonita y albergando tantas historias de gente importante, esta ciudad sea tan desconocida. Bueno, en parte eso es lo que la hace especial...

sábado, 18 de septiembre de 2010

El coche (I).

Sin duda, nada más aterrizar en este país, lo que más impresiona a uno es el tamaño de los coches, ¡son enormes! El concepto de "compacto" no es demasiado común aquí, si bien se ve algún coche tipo VW Golf... pero lo que más abunda es la berlina. Claro, si los combustibles estuviesen al precio al que están en Europa, otro gallo cantaría.

Antes que nada, decir que aquí todos los coches funcionan con gasolina (el diesel es para camiones y vehículos de trabajo), y la mayoría de ellos tienen cambio automático.

Por marcas, en contra de lo que mucha gente puede pensar, decir que se ve mucho turismo japonés (Toyota y Honda especialmente) y cada vez más europeo (Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen y Audi). Algún americano me ha comentado que los coches nacionales son los de peor calidad... no puedo confirmarlo. 

A pesar de toda esta gente que no opta por el producto nacional, hay otros muchos que sí, y a por ellos vamos, a por el americano de verdad. Veamos un par de ejemplos:

La pick-up.

Para muchos debe significar la verdadera autorrealización. La mayoría tiene motores V8 de 3.000, 4.000 o incluso más centímetros cúbicos. Se ven muchas, y eso es porque, según me comentaron, existen beneficios fiscales al comprarse una (pensemos en el autónomo que la pone como vehículo de empresa). Muchos las llevan con llantas de aluminio pulidas, otros con chimeneas en lugar de tubos de escape convencionales y hasta hay gente que le compra un kit para elevarla todavía más, en ese caso parecen monster trucks... y lo curioso es que, aún así, se meten por autopistas...
Típica pick-up americana aparcada en una zona comercial. Como se puede deducir, aquí las plazas de aparcamiento son amplias... 
no hay que matarse mucho para aparcar.

Este medio de transporte se puede transformar, si cabe, en algo más manejable... sencillamente enganchándole un remolque a la altura de las circunstancias. Con esto quiero dejar patente, de paso, que las carreteras aquí son amplias, muy amplias, y no hay demasiadas curvas. Pensemos que, si esto no fuese así... ¿quién se atrevería a andar con semejante armatoste?


Aquí creo que no hacen distinción entre carné de coche más remolque y carné de trailer... total, por un par de metros más. Por cierto, la foto es de uno de los vehículos de la universidad.

Imagino la conversación: "¿Para qué vas a llamar a la grúa? Te acerco yo el coche, ¡en serio!".


El todo-terreno panelado (como la nevera de casa).

Todo el mundo lo ha visto en alguna película o serie de televisión y, aunque no se ven muchos, he encontrado uno aparcado en la universidad el otro día... no sé en qué momento a alguien se le ocurrió esta genial idea, en todo caso, ahí va una foto para que lo podáis contemplar en todo su esplendor.

He aquí un espécimen de esta moda que nunca hubiese podido surgir en otro lugar, más que aquí.

Por último, pero no por ello menos importante, vamos a uno de los vehículos en los que a todos nos gustaría subir alguna vez:

El autobús de Otto.

Genuinamente amarillo, con la señal de STOP del lado del conductor, e incluso algunos con el famoso mensaje de "deténgase cuando vea que las luces rojas se encienden". Obviamente sólo se dedican a transporte escolar... por lo que su disfrute está restringido a los más pequeños... pero seguro que habrá alguna forma de subirse a uno...


¿Irá a buscar al pequeño Timmy?

Bueno, esta entrada tendrá, sin duda, segunda y tercera parte... como mínimo. De lo apegados que están los americanos a sus coches hablaré próximamente, pero antes he de sacar unas fotos que corroboren las hipótesis...

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Stop&Shop, el supermercado.

Por extraño que parezca, uno de los lugares -además de la facultad- en que gasto más tiempo (y en este caso también dinero) es en el supermercado. Es increíble la diferencia que hay con respecto a los españoles, en tamaño, número de productos y servicios adicionales. ¡Te entran ganas de comprarlo todo!

Un tercio del Stop&Shop visto desde la entrada al Westside Campus, nótese tan sólo la longitud de la fachada del establecimiento.

Desde mi punto de vista, en la parte profunda de Estados Unidos (es decir, fuera de las grandes ciudades) supermercado e hipermercado son lo mismo. Esto se sabe cuando sólo se quiere echar una ojeada por encima y de repente ya ha pasado una hora. Y es que tal superficie hace que el tamaño de los lineales sea enorme, y también lo es la variedad de productos del mismo género que podemos encontrarnos en ellos. 

Ejemplo: ayer fui a comprar pan de molde, y calculé que la parte de la estantería con tan sólo este producto debía medir unos diez metros. ¿Cuántas clases diferentes puede haber? Ni idea, sólo diré que no pude comparar todos los precios por aburrimiento, entre marcas y tipos (integral, semi integral, blanco, negro, de cereales, etc.) al final opté por la marca del distribuidor. El tiempo es oro, y los productos de Stop&Shop tiene una buena relación calidad-precio.

Panorama de la tienda, justo desde la puerta de entrada.

Se puede uno preguntar, ¿hay productos españoles? Sí, los hay, y de todo el mundo en general. Especialmente importante es la sección de productos de América Latina y Portugal -por el tema de la inmigración-, si bien muchas marcas a lo mejor no nos suenan por dedicarse únicamente a exportar. Los precios de estos productos son, lógicamente, un tanto elevados... pero es lo que tiene tener a tu disposición ciertos manjares de tu tierra.

Chorizos, tanto en pack de 2 como de 4, de la marca Goya. Un auténtico extermina-morriña.

Algo que choca es encontrarse con un banco o una farmacia justo después de poner las compras en las bolsas, mejor dicho, después de que te las pongan -recordemos que aquí el cliente es el rey-. Imagino que tratan de agrupar servicios para atraer al consumidor. Como aquí no se camina, cuando te bajas del coche ha de ser para algo productivo...

¿Y las bolsas? Pues bien, podemos optar por las de plástico de toda la vida (si no las queremos nos descuentan unos céntimos), por el cartucho de papel (el de las pelis... pero que no es demasiado práctico para caminar...) o por la bolsa reutilizable (que es la que yo uso).

¿Curiosidad por algún producto en especial? ¡No dudéis en preguntarme!

lunes, 13 de septiembre de 2010

La gente.

Hoy hace exactamente 21 días que llegué a Danbury. Ya creo que es momento de empezar a hablar del día a día en la ciudad, y qué mejor que comenzar hablando de la gente.

Antes que nada, destacar que tan sólo somos siete estudiantes de intercambio en la Western Connecticut State University, ya que, según me comentaron, hace poco que ésta se adhirió al programa ISEP. Con ellos la verdad es que muy bien, todos somos de diferentes países -la mayoría europeos- y uno siempre tiene una especial afinidad hacia la gente que está en su misma situación y que por tanto entiende sus problemas.

Con respecto a los estadounidenses que he conocido hasta ahora, quiero dejar patente que todos son gente encantadora, muy extrovertidos, que se ofrecen siempre a echarte una mano en lo que necesites. De hecho, es muy sencillo iniciar una conversación, si no lo han hecho ellos antes. Muchos, cuando se enteran de que eres estudiante de intercambio y que no tienes coche, te dicen que los llames si necesitas ir a algún sitio (mall*, tiendas, etc.), aunque los acabes de conocer en ese mismo instante.

Lo cierto es que les impresiona que seas de otro país, si bien luego a lo mejor no saben muy bien qué preguntar... pero hay que pensar en el caso concreto de los Estados Unidos. Seguramente la gente no está tan acostumbrada a conocer extranjeros, dada la extensión del propio país. Si bien la huella de la inmigración es fuerte, esta última generación -con la que yo comparto aulas- ya se crió aquí, y por lo tanto están plenamente integrados.

De una forma u otra, y aunque todos acabemos aprendiendo los unos de los otros, lo cierto es que somos los estudiantes de intercambio los que hemos venido en busca de la "inmersión cultural" y, por lo de ahora, los americanos nos están ayudando bastante con ello.

Veamos si los profesores comparten la dinámica...


* "Mall" es la palabra que los americanos usan para referirse a un centro comercial.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Football (≠soccer).

Ayer tuve la ocasión de ver mi primer partido de fútbol americano (en adelante football). Los americanos usan la palabra soccer para referirse a lo que nosotros comocemos como fútbol. Vamos, que un Barça-Madrid no es football, sino soccer.

Lo cierto es que yo ya conocía algunas de las reglas del juego, gracias al videojuego NFL, pero en directo esto es todo un ritual.

En primer lugar, se recibe a los jugadores en el momento en que entran al terreno de juego -la banda de la universidad toca en directo mientras las animadoras agitan sus pompones- y momentos después se escucha el himno nacional. Como homenaje a las víctimas el 11-S, se guardó un minuto de silencio.


Un observador desde la bancada, en el momento en que los Colonials (el equipo local) entran al campo. ¿Estará prestando atención a los jugadores o a las animadoras?

Luego, como se trata de un juego a tiempo parado -a veces aburrido-, entre jugada y jugada la fiesta continúa, se venden rifas, la banda ameniza el ambiente y las animadoras no paran ni un minuto.

Ambos equipos colocados antes de comenzar una jugada. No me gustaría verme involucrado en el asunto...


Hasta aquí todo bien, ¿no? Vamos ahora a lo que no sale en las pelis, o que si sale, es algo diferente a lo que sucede en realidad...

El comentarista.

A diferencia de los aburridos partidos de soccer de equipos locales españoles, aquí hay un señor encargado de hacernos saber quién ha placado a quién, en qué yarda se ha detenido la jugada y si han encajado el punto extra luego de hacer un touchdown.

El señor comentarista, al que en un primer momento confundí con paisano local que no había encontrado un asiento libre (por ir con paraguas, digo).

El hombre con el palo naranja.

Uno de los asistentes del conjunto de árbitros, que se encarga de marcar la línea de first down. Ya sé, es muy complicada la terminología... pero pensemos en este chaval: no cobra por estar ahí (según me comentaron algunos americanos), se tira el partido de pie... y nadie reconoce su trabajo.


Uno de los componentes de la "chain gang". El tío se pasó tres horas sujetando el palo (the stick).

Las animadoras ("cheerleaders").

Nada que ver con el cliché. Son estudiantes de los primeros cursos, que yo diría que hacen más deporte que los propios jugadores, ya que entre jugada y jugada están cantando, bailando y haciendo piruetas arriesgadas. Traen muy trabajadas la coreografías, y realmente animan mucho. Además, no dejan de sonreír en todo el partido.

Las cheerleaders en medio de una de sus coreografías.

Para los que se puedan estar preguntando... ¿cantan eso de "Dame una A..."? No, no lo hacen. Y para probarlo ahí va un video de uno de sus cantares:

"Let's go Western, let's go!"

La mascota no estaba ayer en el partido, por lo que he de volver... ¡un estudiante de intercambio no se puede volver a casa sin una foto con ella!

Y ya para finalizar este artículo, que poco habla de football, el resultado final:

WestConn 28 - SUNY Martime 41

No hubo suerte esta vez...

jueves, 9 de septiembre de 2010

Señales de tráfico curiosas.


A pesar de no conducir en los Estados Unidos, uno no puede evitar echar un ojo a las señales de tráfico, por eso de comprobar las que son iguales o, por lo menos, parecidas.

La mayoría son muy intuitivas, y por eso no merece la pena ni hacer referencia a ellas, sin embargo, hay unas cuantas que difieren bastante del contenido de cualquier manual de autoescuela, al menos española. Véamos algunos ejemplos:

1. DO NOT STOP ON TRACKS ("No parar en las vías"): recuerda al conductor el riesgo que implica detenerse encima de un paso a nivel.

2. NO LITTERING $219.00 FINE ("No tirar basura. 219,00 dólares de multa"): por si a uno no le apetece ir hasta el contenedor de la calle de al lado, que sepa a lo que se enfrenta.

3. TO CROSS PUSH BUTTON ("Para cruzar pulse el botón"): como ya he comentado, aquí la gente no camina mucho, más bien casi nada, por eso se tercia necesario recordar al viandante el sencillo proceso que, en tan sólo tres pasos, le permitirá alcanzar la otra acera de forma segura:  (a) mirar hacia los dos lados antes de cruzar, (b) no echarse a andar si la luz está intermitente y (3) detenerse si la luz está en rojo.

4. STATE LAW / YIELD TO PEDESTRIANS IN CROSSWALK $100.00 FINE ("Ley del Estado / ceda el paso a los peatones que estén cruzando por el paso de cebra; multa de 100,00 dólares"): complementaria a la anterior, y es que hay que pensar que la gente no está acostumbrada a encontrarse con otras personas cruzando la calle, si tal ciervos, pero no humanos. Cabe destacar que es de acuerdo con la ley del Estado, en este caso de Connecticut, a lo mejor hacia el Wild West es el peatón el que tiene que pagar al conductor, por entorpecerle... who knows?

5. HANDICAPPED PARKING ("Plaza de aparcamiento para minusválidos"): generalmente estas plazas están situadas cerca de las entradas de los establecimientos, y como todos somos muy cómodos... aquí te dicen claramente lo que te pasará si aparcas aquí: vendrá la grúa a por tu coche y como mínimo te empapelarán con 116 dólares. ¿Cuánto te clavan por esto mismo en España? No se sabe, hay que probar para conocer el dato (o leerse la ley...). En esto se ve que los americanos nos llevan años de ventaja.

6. DRUG FREE SCHOOL ZONE ("Zona escolar libre de droga"): lo que en castellano de la calle sería algo así como: "¡Largo de ahí chavales, a hacer trapicheos a otro lado!".

And the Oscar goes to...

7. BE PROGRESSIVE*, BUCKLE UP ("Sé 'moderno', abróchate el cinturón"): dicho por el mismísimo E.T.**, sí, sí, el extraterrestre... claro que esta señal debe ser algo local, si la ponen en Nevada a lo mejor la gente podría pensar que es sólo para aliens...

¿Preguntas? ¿No? Este tema es muy raro que no caiga en examen, así que ya sabéis...


*   http://en.wikipedia.org/wiki/Progressive_Corporation
** http://en.wikipedia.org/wiki/E.T._the_Extra-Terrestrial (fin de página)

martes, 7 de septiembre de 2010

Danbury. The Hat City.

Danbury es una ciudad situada en el Condado de Fairfield, en el estado de Connecticut. Como sería reiterativo copiar datos de la wikipedia, os remito allí para más información relacionada con el censo.

Centrándonos en datos curiosos, digamos que la ciudad fue, en tiempos, un núcleo industrial importante, dedicado primordialmente a la industria del sombrero. De ahí su sobrenombre: The Hat City.

Sello de la ciudad, en Main Street, la calle principal.

Se dice, de hecho, que Lewis Carroll se inspiró en los sombrereros de esta ciudad para crear a uno de los personajes de su obra "Alicia en el país de las maravillas", en concreto, al "Sombrerero loco". Y es que por lo visto, en la confección de los sombreros, una de las etapas era sumergir el fieltro en una solución que contenía mercurio, proceso que se llevaba a cabo en espacios cerrados, con la consiguiente inhalación de gases tóxicos. Esta condiciones precarias llevaban a que un gran número de trabajadores sufriesen de hidrargirismo.

Relacionado con este tema, he de decir que me resultó especialmente chocante una anécdota que me contó mi coordinador de ISEP, y es que, en aquella época, bastaba con mirar al río para saber el color de los sombreros que se iban a llevar la próxima temporada.

Cambiando de asunto, destacar que aquí la gente no hace vida en la calle, más bien todo lo contrario. Si bien hay negocios y tiendas por el centro, lo cierto es que no se ve una gran actividad. De hecho, yo diría más, diría que está "muerto". 

Como lugares para visitar, se podría destacar el Museo del Ferrocarril de Danbury (en la antigua estación de la Union Station) y la Meeker's Hardware (ferretería abierta en 1885 y que actualmente está siendo reconstruída para albergar un museo, por lo que pone en la puerta).

Fachada principal de Meeker's Hardware, lugar que todavía conserva la enorme y vieja caja registradora en su interior.


Y aquí, el motivo por el que estaba tan interesado en visitar este curioso lugar. No me queda otra que ir al supermercado.

Puede parecer que no me gusta esta ciudad, pero no es así, de hecho me considero afortunado por conocer una población que se corresponde con el cliché de urbe americana desierta. Así que ya sabéis, si hacéis un viaje a Nueva York, podéis pasar a visitar a Danbury y conocer con ello la parte "profunda" de los Estados Unidos.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Nueva York (primera parte).

Lo cierto es que uno de los motivos (el motivo) que me trajo a Danbury fue su localización estratégica, cerca de la ciudad de los rascacielos.

Es realmente sencillo llegar a NY (Grand Central Terminal), ya que el servicio es ofrecido por la MTA Metro-North Railway -el equivalente al Cercanías en España-, aunque hay que hacer un transbordo en el camino, en concreto en la estación de South Norwalk. Parece que no, pero cuando no hay ningún panel con el mapa de la línea y la megafonía no es demasiado clara, uno está como en tensión. Afortunadamente, siempre hay algún americano al que preguntar...

Como anécdota curiosa del viaje, decir que, en contra de lo que hemos oído desde siempre -que con el inglés se va a cualquier parte-, lo cierto es que hablando español y/o portugués es más que suficiente para entenderse en esta ciudad. Y es que, entre la cantidad de turistas que hablan cualquiera de estas dos lenguas, y la presencia de una importante comunidad inmigrante, uno se siente como en casa.


Como en casa, con un Zara en la Quinta Avenida... aunque por lo visto en Manhattan hay seis más.

Pero como todos tenemos una idea preconcebida de cómo es esta ciudad gracias a Hollywood, a lo mejor hay quien piense que determinadas cosas sólo pasan en las películas, por ejemplo, que las alcantarillas echen humo... pues bien, ¡lo echan! Y sirva como fiel testimonio de ello la siguiente imagen.



Estaban de obras, de ahí que tengan este cono-chimenea puesto...

Y ya para terminar, ¿por qué no hacerlo destrozando un estereotipo sobre la policía neoyorquina? No creo que siempre estén estrellando coches, de persecución en persecución... aunque puede que lo hayan hecho tiempo atrás, al ver estas imágenes...

A primera vista puede parecer un simple motocarro, pero...


...¡no! ¡¡Es un INTERCEPTOR III!!

En cualquier caso uno se siente más seguro al ver las fotos... aunque no te protejan, por lo menos tampoco te atropellarán.


jueves, 2 de septiembre de 2010

"Library" vs. "bookstore".

Por esta semana he terminado las clases, y sólo me falta un libro de una asignatura para tener todo el material a punto. Lo cierto es que todavía me lo estoy pensando, y es que el tema de los libros de texto es algo complejo en Estados Unidos. 

Para empezar, decir que los profesores indican claramente en el programa de la asignatura qué manual es obligatorio (sí, sí, obligatorio), y luego, el alumno se busca la vida. A priori, uno puede pensar en ir a la biblioteca (o library), pero en ella sólo hay una copia del libro, razón suficiente para ir a echar un ojo a la tienda de libros (o bookstore).

Aquí nos encontraremos dos posible opciones: en soporte papel, o ebooks -libros electrónicos, para leer en el ordenador-. A mi, particularmente, no me gustan los libros electrónicos, por lo que me centraré en los primeros.

Dentro de los libros tradicionales, obviamente, existe la posibilidad de comprarlos nuevos, pero los precios son bastante elevados. Afortunadamente, también se pueden encontrar libros de segunda mano. En cualquier caso, al final del semestre, lo que hace todo el mundo es revenderlos de nuevo a la tienda de la universidad; aunque siempre se pierde dinero (un 50%, aproximadamente), por lo menos no sale tan caro.

Algunos de mis manuales, con la pegatina de "used", es decir, de segunda mano.

Pero aquí viene lo bueno, se pueden alquilar los libros de texto por semestres. El precio suele ser inferior al de un libro usado, y es una buena forma de saber, a ciencia cierta y desde el primer momento, el coste en que se incurre.

Esta opción no siempre está disponible en la bookstore, pero hay una buena cantidad de sitios web especializados en este tema. Por poner un ejemplo, chegg.com o textbookshop.com ofrecen precios más bajos que la tienda del campus. A la hora de recibir nuestro pedido, éste incluirá un sobre de mensajería para devolver el libro a la tienda online de manera gratuíta.

Un manual alquilado en la bookstore, con la pegatina que lo indica.

Ya, ya, pero... ¿en dólares?

Depende del libro, pero en el caso del que me falta, para hacerse una idea, los precios son:

          Nuevo..........................$130,06
          Usado..................desde $102,65
          Alquilado (nuevo).............$76,62
          Alquilado (usado).............$49,76

Creo que ya me he decidido...