domingo, 3 de octubre de 2010

Noria, fuegos artificiales y... ¡dulces!

El sábado pude ver una feria (en galego: o que sería unha festa dunha vila de tamaño medio) en la ciudad de Southington, Connecticut.

Lo cierto es que no me imaginaba que hubiese tanta gente, sobre todo teniendo en cuenta que la noche cayó fría, pero daba gusto andar por el centro de la ciudad, con tanto ambiente.

La noria y la taquilla justo delante.

Los parecidos con las españolas son evidentes -es lo que tiene la globalización-, pero uno siempre se encuentra con cosas típicamente americanas. Por ejemplo, había una tienda de productos John Deere® (camisetas, polos, gorras...), un candidato a senador del estado haciendo campaña repartiendo pegatinas (lógicamente tengo una)... así como otros detalles peliculeros:

El medidor de altura.

El típico de "hay que ser como mínimo así de alto para subir". Aunque ahora los niños no deben ser tan traviesos como antes, no vi a ninguno con plataformas ni estirándose para dar la talla. En concreto, éste era de unos toboganes gigantes, como se puede apreciar a continuación.

Foto de tan peliculero elemento.

El martillo con la campana.

A pesar de que proliferaron bastante en los últimos años por mi zona, no pude evitar fijarme en uno de los "auténticos", con el disco metálico en lo alto.

Probar suerte en uno de ellos siempre puede meter en apuros... me imagino a un niño pequeño con mejor puntuación que la de un adulto...

Y como no podía ser de otra manera, todo acontecimiento estadounidense ha de estar acompañado por algún tipo de tentempié. ¡Ésta es la mejor parte!

Apple fritters.

Son una especie de buñuelos hechos con una masa que, obviamente, lleva manzana. Luego se rebozan en canela y azúcar... ¡están divinos!

Detalle de su apariencia.

Los mejores, por lo que me contaron, -y los que yo probé- son los que hacen los miembros de la Zion Lutheran Church. Y debe de ser así, si se tiene en cuenta que la cola media para conseguir tan preciado manjar era de 500 m, aproximadamente.

Galletas Oreo® fritas.

Sí, no me he equivocado. Yo también me quedé impresionado cuando lo leí, pero automáticamente pensé... ¡a por ellas!

No es que las echen literalmente en aceite, sino que las sumergen en una especie de masa líquida (como la que se utiliza para hacer crêpes; en galego: freixós) y luego las echan a la sartén. Obviamente, la galleta cambia de textura, pasando a reblandecerse... pero tiene un buen sabor. No es el invento del siglo, pero sí algo curioso.

Bandeja con 6 unidades de Oreo® fritas. 0% materia grasa.

"No parecen Oreo®, ¿no estarás de broma?" Respuesta: No.

Oreo® a prueba de líquidos... la puedes meter en leche que la repele.

Pero la gastronomía no se limita sólo a esto, hay muchas más cosas que probar, basta con sólo echar un ojo al letrero del establecimiento donde compré las galletas fritas.

Todo sano, y es que las posibilidades de la fritanga no conocen de límites.

Por lo visto no es tan extraño encontrarse con este tipo de productos, de hecho, a raíz de eso comencé a preguntar a la gente y parece ser que a veces uno también se puede encontrar en la "carta" con helado frito, preparado igual que las galletas.

Fue una verbena realmente agradable. ¡Muchas gracias Kelly (y familia) y Edmund por mostrarnos una vez más los auténticos Estados Unidos! Ah, y gracias también a Essi y a Anne por las fotos... mi cámara se quedó en casa en esta ocasión...

2 comentarios:

  1. esto de freir tmb les va en escocia!!
    se ve que comen MARS frito!!! primero pasado por una masa igual que esto que dices tu, y luego frito. no lo llegué a probar, por eso...
    tampoco en usa había visto nunca nada como la oreo esta frita!!! se nota que estás en la america profunda... :P

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  2. Qué bueno lo de las Oreos, Rubén! Jejeje.
    Creo que tengo que probar a hacer eso.
    Un saludo.

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