domingo, 13 de febrero de 2011

Se acabó.

Desde que se termina la estancia en los USA, parece que todo es mentira. Ha sido una experiencia increíble. No hay palabras: hay que vivirlo.

Para terminar el blog (va siendo hora, teniendo en cuenta que regresé hace ya casi dos meses...) me gustaría dejar una serie de recomendaciones para la gente que esté interesada en ir a los Estados Unidos en general, y a la zona noreste en particular:

En general:

A la hora de preparar el TOEFL iBT es interesante poder encontrar los signos de puntuación en el teclado inglés. En el examen, si bien físicamente el teclado tiene Ñ, la configuración lo transforma en inglés. Lo mejor, cambiar las preferencias en nuestro ordenador e ir probando a escribir frases en inglés usando dos puntos, punto y coma, apóstrofe, etc. Pero... ¿en qué se diferencia el teclado inglés del español? Escribid "english keyboard layout" en Google. 

Una vez nos den la beca, mucha paciencia con los papeles relativos al visado. Tomando como referencia el programa Erasmus, se puede decir que ISEP lo triplica. Esto quiere decir: mucho papeleo. Y ojo, hay que ir apuntando todas las dudas que tengamos en una lista, para que cuando llamemos a la embajada (1,16€/min. desde el fijo) arreglemos lo máximo posible.

IMPORTANTÍSIMO: llevar un certificado médico oficial (1), en papel "timbre", del que se compra en el estanco. En los Estados Unidos no es raro ir al médico a por un certificado que diga que estamos bien, de hecho les choca que nosotros sólo vayamos a la consulta si nos encontramos mal. También llevar varias fotocopias de la cartilla de vacunación (2), eso se mira mucho. Y aunque suene repetitivo, hacer mención en el certificado (1) que hemos pasado ya la varicela -si es así-, una enfermedad para la que, tradicionalmente, no se vacuna en España (2), pero que allí sí.

Tarjeta de CRÉDITO: imprescindible. Si al llegar allí decidimos abrir una cuenta bancaria, mejor asegurarnos de que nos van a dar una tarjeta de DÉBITO decente, esto es, MasterCard®, etc. ¿Por qué? la primera para cubrirnos las espaldas, y la segunda para no tener que andar pendientes de las diferencias de los tipos de cambio y para poder usarla en cualquier lugar: desde el supermercado a un cajero canadiense. Por mayor seguridad, recalcaré que:

Crédito ≠ Débito


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En particular:

Para viajar de Nueva York a Washington D. C., el método de transporte más barato es el bus; dos opciones:

  • BOLTBUS (www.boltbus.com): se compran los billetes online, y luego hay que imprimirlos. El bus se toma (en NYC) en la 33rd y la 7th Ave, justo en frente de la pizzería Sbarros. La parada en el DC se encuentra, como es más lógico, en la Union Station. Buen servicio y precio razonable: totalmente recomendable (es del que más se oye hablar cuando preguntas a la gente).
  • Otra opción de la que he oído hablar, más barata, y más cosmopolita es el CHINATOWN BUS... si buscáis eso en google, aparecen varias compañías. El sistema de negocio parece obvio: conectan los barrios chinos de las diferentes ciudades importantes de la zona: Boston, NYC, DC...

El servicio de la MTA es bastante bueno, aunque la calidad de los trenes depende de la línea. Si tenéis que hacer transbordo, a veces el revisor (por inercia) se os quedará con el ticket... pedidle siempre que os lo devuelva si no queréis que os monten una escena en caso de un nuevo control en el vagón, por parte de un interventor diferente... "Can I keep it as a souvenir?" y nos ahorramos el posible marrón y hasta a lo mejor se muestra más cordial por vernos como "guiris". Yo todavía estoy esperando por un cheque compensatorio de $16, precisamente, por esto que acabo de decir...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Portugués y castellano.

En Danbury, a pesar de ser una ciudad de reducida dimensión, es posible encontrarse con población inmigrante de una gran cantidad de lugares. Personalmente, me llamó la atención la existencia de una importante comunidad lusófona (tanto portuguesa como brasileña) así como hispanohablante.

Especialmente curioso fue conocer a Luisa, una mujer de Chaves que emigró del país vecino hace ya 20 años (o 30, lo cierto es que ahora no me acuerdo, así que mejor tirar por lo bajo). Después de ese tiempo, resulta impresionante ver como determinadas expresiones se adhieren a la mente por su uso repetido, como la muletilla "Yeah!". En todo caso he de reconocer que es un placer ir a hacer la compra y estar un rato de conversación con ella, por supuesto en portugués -digamos gallego-portugués-.

Una gran parte de los emigrantes portugueses que vinieron a los EE. UU. se encuentra en esta zona nor-oriental, siendo también el caso de una pequeña comunidad brasileña.

El club social "Casa do Benfica", un lugar de culto al fútbol en Danbury. Por lo visto hasta que Portugal se cruzó con España en el mundial, la gente salía a la calle gritando de alegría.

Una sucursal de la entidad financiera "Espírito Santo", en el centro de Danbury.

Con respecto a los hispanohablantes, decir que existe una mayor diversidad de orígenes, predominando la comunidad ecuatoriana, con aproximadamente una presencia de 5.000 miembros.

Además, muchos de los empleados de la universidad son hispanos, lo que facilita la comunicación en determinados momentos, y siempre es bueno estar un rato de conversación también en castellano, teniendo en cuenta que en mi ambiente más cercano nadie habla español como primera lengua.

Me aproveché de esta situación también en lo referente a irme a cortar el pelo. Después de la odisea francesa de explicar cómo quería que me lo dejasen, decidí ir a una peluquería donde los empleados hablasen castellano. ¡Una complicación menos!

He aquí la prueba de la adaptación de los comerciantes a la realidad trilingüe.

¡¡Para que luego digan los profesores de inglés que es necesario aprender esta lengua para moverse por el mundo!!

sábado, 4 de diciembre de 2010

El coche (II).

Como ya apunté anteriormente, aquí el coche es algo omnipresente: si no tienes un vehículo a tu disposición lo tienes difícil para moverte. No es que allí no dependamos también del coche, ya que en los pequeños núcleos de población situados en zonas rurales su uso es vital, pero es que aquí, en una ciudad de 80.000 habitantes, se necesita tanto o más.

Las nuevas formas de comercio, con los gigantescos minoristas como Wal-Mart®, Target®, etc., hace que estos se sitúen donde el precio del suelo es más barato, debido a la superficie de sus locales y, ante la imposibilidad del pequeño comercio de competir en precios y/o variedad, uno necesita desplazarse distancias relativamente elevadas para ir a comprar cualquier cosa que necesite.

Además, hay que destacar que la gente aquí normalmente vive en casas, con una pequeña propiedad alrededor, por lo que las ciudades no crecen a lo alto, sino a lo ancho.

Por todo esto se puede pensar que el uso del automóvil es indispensable, claro que muchas veces también se abusa:

El buzón adaptado al coche.

¿A quién le apetece bajarse del coche a echar una carta si hace mucho frío/calor fuera? Por no hablar ya de hacer cola en la oficina postal. En un esfuerzo de moverse aún menos, he aquí la invención que pone fin a este problema.

Aproximarse, abrir la ventanilla... ¡y listo!

Conste en acta que por el otro lado también tiene la ranura para depositar una carta de la manera tradicional, solo faltaría estar echando una carta al correo y que nos arroyase un coche...

El cajero automático para usar desde el vehículo.

A pesar de la omnipresencia de cajeros automáticos en este país, pudiendo encontrarlos a veces dentro de restaurantes y tiendas de ultramarinos, la solución pasa siempre por otros medios: usando el coche.

Ir al banco aquí no implica buscar un sitio donde aparcar. Aunque si tardamos mucho con nuestras gestiones, a lo mejor en lugar de ponerse a suspirar, la persona que esté detrás de nosotros comienza a darle al claxon.

Hay que destacar que no sólo tenemos la opción de usar un cajero automático (ATM, como se conocen aquí), sino también de realizar gestiones con una persona al otro lado de la ventanilla -véase el carril izquierdo-, al más puro estilo de toda la vida.

Restaurantes "drive-thru".

Aunque también se ven en España (caso del McAuto®), aquí abundan mucho más. Resulta curioso comprobar como se cumple el estereotipo de los policías comprando donuts, encontrándose uno a veces tres coches-patrulla haciendo cola cuando se produce el cambio de turno.

Al hablar con la gente, mucha comenta que son especialmente útiles cuando uno se va al trabajo por la mañana y, para desayunar, para a comprar algo de camino, ganando tiempo al no tener que bajarse del coche.

Un cliente satisfecho saliendo de comprar donuts.

En definitiva, si bien todas estas facilidades están bien pensadas, su uso excesivo me parece perjudicial para la salud. Cuanto menos se hace, menos se quiere hacer.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Todo lo que siempre quiso saber pero nunca se le ocurrió preguntar.

Ante la cantidad de pequeñas cosas que uno encuentra diferentes en este país, me he decidido a hacer una pequeña lista ellas. Quizás algunas sean conocidas por la mayor parte, pero no estoy tan seguro sobre otras.

1º Sistema anglosajón de unidades.

Lo que implica que aquí no se usa el sistema métrico decimal; así, galones, libras, millas por hora y yardas pasan a ser los términos usados al hacer la compra, conducir o ver un partido de football.

2º Grados Fahrenheit.

Choca un poco ver en el pronóstico del tiempo que en pleno mes de noviembre la temperatura va a ser de 39º, pero pronto se da uno cuenta de que justo al lado de la cifra aparece la letra F -o sea, 39ºF-.

3º Millas por galón.

El ratio que usan para medir el consumo de gasolina que hace un coche es, hasta cierto punto, más lógico que el de litros/100km. En todo caso, la cifra, a bote pronto, aporta aún menos información que la temperatura en ºF.

4º Números.

Los millares se separan con comas (,) y los decimales con puntos (.). Son necesarios dos meses para comenzar a darse cuenta al escribir, ¡y eso que lo llevamos viendo toda la vida en las calculadoras! Además, el billón americano equivale a mil millones (10^9), y no a un millón de millones (10^12). Ocurre algo similar en francés, sólo que ellos lo llaman millardo (también, 10^9).

Todo esto viene a cuento de que es habitual oír hablar de estas cantidades en clase de finanzas.

5º Teclado.

A pesar de que el teclado es básicamente el mismo en lo referente a la posición de las letras (cosa que varía bastante en el caso francés), los símbolos son otra historia. ¡Hacer una suma en Excel® puede llegar a llevar mucho más de lo habitual!

6º Enchufes.

Las conexiones son planas, y algunos de ellos traen una tercera patilla, que es la toma de tierra. 

Enchufes de la cocina, integrados con un interruptor. Nótese que tienen una tecla de prueba, ya que al estar cerca del fregadero, traen un diferencial incorporado.

Es especialmente importante pensar en este tema antes de venir a los Estados Unidos ya que, si bien la mayoría de los dispositivos electrónicos vienen preparados para el voltaje americano (110V), es necesario traer un par de adaptadores para poder usar nuestros aparatos.

Imagen de uno de mis adaptadores. Ojo, que algunos tienen los orificios muy pequeños y a veces no se pueden usar con enchufes más gruesos, como los de los cargadores de ordenadores.


7º Fechas.

Aquí el mes va primero, lo que es bastante fácil de deducir cuando éste es escrito en letras, pero no tanto cuando se escribe con números arábigos.

1 de diciembre de 2010 = 01/12/2010 = 12/01/2010

8º Semana.

Empieza el domingo, como en Portugal, y así es como aparece en los calendarios. Otra de las cosas que puede confundir a alguien recién llegado.

9º Propinas. ¡¡ATENCIÓN!!

A diferencia de en España, donde ésta es una deferencia por el buen servicio recibido, aquí es socialmente demandada. El caso más evidente es a la hora de ir a comer a un restaurante: si pagamos con tarjeta de crédito nos cargarán automáticamente un 20% sobre el total de la cuenta, en concepto de "tip". Hace unos años -en 2005, aproximadamente- el porcentaje generalmente usado era del 15%, pero de un tiempo a esta parte se ha incrementado al 18% y actualmente el 20% puede considerarse lo habitual. Un pequeño truco para estudiantes: en los restaurantes fast-food, donde uno se lleva su comida a la mesa en la bandeja, no se deja propina.

10º I. V. A.

El Impuesto sobre el Valor Añadido, conocido a este lado del charco como el "tax", no se incluye generalmente en el precio mostrado en las tiendas. Si por ejemplo vamos a comprarnos unos pantalones que cuesten $39.95, mejor no apresurarse a sacar solo dos billetes de 20, habrá que ir a por calderilla para pagar al Tío Sam.

11º Dólar.

La moneda por excelencia tiene, desde mi punto de vista, un aspecto positivo y otro negativo. La parte que menos me gusta es que, si bien hay monedas de $1, lo general es usar billetes, por lo que la cartera puede ir repleta hasta los topes con billetes y el valor total del fajo no ser superior a $20. Sin embargo, lo bueno es que uno puede llevar relativamente bastante dinero y no delatarse fácilmente, ya que todos son idénticos en tamaño y color. No es así en el caso del euro, donde una "sábana" de 100€ es vista por todas las personas del establecimiento donde estemos comprando, por no hablar de esa gente que saca el "Bin Laden" e ilumina la tienda de color rosa.

Con el tiempo uno da por hecho todo esto pero... ¡habituarse cuesta lo suyo!

lunes, 29 de noviembre de 2010

Los horarios americanos.

Como todo el mundo sabe, las horas a las que se come, así como los horarios de apertura de los establecimientos comerciales, varían en función del país en que nos encontremos. Para echarle un ojo a como funciona la cosa por Francia y así comparar, he aquí un hipervínculo al blog de Martín.

En los Estados Unidos se puede decir que no hay una lógica que conecte estos dos aspectos de la vida diaria, o por lo menos eso me parece a mi.

Las horas de las comidas.

Desayuno. Como es obvio, en el caso de los estudiantes esto depende del horario de cada uno, pero a base de comentar con la gente, se puede decir que el intervalo habitual es entre las 8.00 y las 10.00 (siendo esta última hora ya bastante tarde).

Almuerzo. Se suele tomar a mediodía, es decir, sobre las 12.00 y 12.30, y es la hora que más se respeta.

Cena. Esta es la parte que a mi no me coincide. Se toma sobre las 18.00, e incluso a las 17.30. A la vista de la hora del desayuno, uno puede pensar que es temprano, y de hecho lo es. Lo que hace la mayoría de la gente es que cena "fuerte" a esa hora y luego toma algo más ligero entre la cena y la hora de irse a la cama (que suele ser sobre las 23.00 o 24.00).

La hora de cenar es algo a lo que yo no me he podido acostumbrar, si bien la regla que rige es "comer cuando uno tiene hambre", por lo que cada quien es libre para hacer lo que quiera. De hecho, es por esto mismo que uno tiene una sensación de descontrol, pero es que no hay unos horarios rígidos a los que uno se pueda/tenga que adaptar.

Los horarios comerciales.

"El consumidor es el rey", y esto aquí es más cierto que otra cosa. Por nombrar un par de casos que me resultan familiares, decir que tanto el supermercado como el banco abren los 7 días de la semana. Uno puede ir a hacer la compra desde las 6.00 hasta las 24.00, salvo el domingo, que la apertura se demora hasta las 7.00. En el caso de la sucursal bancaria, el horario de atención al público es de 10.00 a 19.00 de lunes a viernes, 10.00 a 16.00 los sábados y "tan solo" de 11.00 a 16.00 los domingos.

Vamos, que no hace falta madrugar mucho para ir a gastar/gestionar nuestro dinero. Resulta curioso, sin embargo, comprobar que en lo relacionado con la parte administrativa de la universidad, la hora de cierre suele ser hacia las 16.00.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Nueva York (tercera parte).

Esta ciudad daría para estar escribiendo toda una vida, ya no solo por lo que tiene, sino por todo lo que seguramente va apareciendo (y desapareciendo).

El caso es que este domingo nos acercamos hasta la Gran Manzana para hacer algo de turismo, pero tranquilamente. Nos hubiera gustado visitar el Metropolitan Museum of Art, pero lo cierto es que el tiempo pasa tan deprisa cuando uno está en Nueva York, que al final no nos dio tiempo.

En todo caso, sí que visitamos lugares míticos, así que haré un breve resumen.

La estatua de la Libertad.

Lo cierto es que de cerca impresiona más de lo que hubiese podido pensar. No es demasiado alta -desde mi punto de vista-, pero sí tiene un color muy particular. Desgraciadamente, para subir hasta el pedestal hay que pagar una cierta cantidad extra, y lo de las películas, eso de entrar hasta dentro la corona y/o antorcha... es ya historia.

Primer plano del monumento americano por excelencia.

Ellis Island.

La isla a la que llegaban una gran parte de los emigrantes europeos alberga varios puntos de interés. El Museo de la Inmigración es especialmente interesante, ya que cuenta con muchos objetos de la época, así como explicaciones varias de los procesos de reconocimiento médico a los que eran sometidos estas personas. Además, también continúa allí el hospital en que aquéllos que padecían enfermedades infecciosas eran puestos en cuarentena.

Imagen del Great Hall, hito de la historia reciente norteamericana. Era en esta sala donde los inmigrantes eran inscritos en los registros pertinentes.

Como anécdota, destacar que tanto en el propio museo -en unos ordenadores habilitados a tal efecto- como a través de la web, uno puede introducir el nombre y apellidos de alguna persona conocida que emigrase en esa época a los EE. UU., o bien simplemente buscar su propio apellido, para ver si hay alguien que coincida con nuestros datos personales.

Por último, dejando ya a un lado la parte "seria" de la entrada, uno de los lugares más conocidos/fotografiados/populares del mundo:

Times Square.

Es aquí donde uno comprende el porqué del sobrenombre de Nueva York: la ciudad que nunca duerme. Está lleno de turistas a casi todas las horas (inciso: desierto a las 6:30 de la mañana el lunes que volví de Canadá), y gracias a que han hecho peatonales algunas de las calles de este cruce, se puede decir que es posible caminar tranquilamente.

Todo tipo de tiendas de ropa, juguetes, souvenirs, establecimientos de comida rápida... hacen que esta parte de la ciudad sea completamente una locura, especialmente con todos los paneles luminosos. Merece mucho la pena visitar Times Square por la noche, es realmente una americanada.

Vista de la actividad nocturna un día "tranquilo" en Nueva York.

Por cierto, comentábamos hoy que probablemente la gran cantidad de gente que generalmente se sienta en la grada que han puesto en Times Square se tuvo que ir a dar un paseo el día que grabaron el siguiente videoclip. Una canción más que habla sobre la ciudad más conocida del planeta.



jueves, 18 de noviembre de 2010

Cosas que sólo pasan en los Estados Unidos.

Determinadas situaciones solo se pueden vivir fuera del país de origen de cada uno. Trataré de explicar el porqué de la afirmación.

Hoy tuvimos una especie de acto formal en la universidad, relacionado con estudiar en el extranjero. Lo cierto es que no éramos muchos -pocos pero selectos-, y es que la experiencia de estudiar en un país diferente no parece atraer a muchos estudiantes en esta universidad. Dejando a un lado este hecho, la estructura de la reunión fue más bien clásica: americanos que hablan sobre sus experiencias en el extranjero y viceversa. Lo que me llamó la atención, por encima de todo, es que entre el público se encontraba el rector, una persona amigable y campechana que reconoció su error al no haber aprovechado la ocasión que se le había presentado en el pasado para realizar estudios fuera de los EE. UU. "Mr. President" no dudó en saludarnos personalmente y preguntarnos por nuestras respectivas nacionalidades.

Pero es que al salir de la reunión, nos acercamos hasta un local en el campus en que hay actuaciones gratuitas cada jueves. En él, los estudiantes de música -aquí considerada como estudio universitario-, teatro, o cualquier persona con algo que decir, van a compartir sus creaciones/aficiones -por ejemplo, interpretando canciones de artistas conocidos-. Lo curioso del tema fue encontrarse con uno de los vicerrectores cantando una canción, más bien lírica, en frente de un buen número de estudiantes de la universidad.

Recapitulemos: conocimos al rector (ese gran desconocido de la universidad española, que viaja en coche oficial y firma los títulos universitarios... ¡y ya!), estuvimos de cháchara con él... y vimos a un vicerrector cantando cual jilguero, como si se estuviese dando una ducha, delante del público. Vamos... en mi vida...

Para completar (de forma positiva) el surrealismo del día de hoy, en el mismo local de actuaciones, pudimos ver en vivo y en directo a Tony DeBlois, un músico estadounidense ciego y con el "síndrome del sabio" que toca 20 instrumentos y conoce de memoria alrededor de 8.000 canciones. Sencillamente, un prodigio.

Pues eso... que se puede decir que fue un día atípico... pero muy interesante a la vez.