domingo, 21 de noviembre de 2010

Nueva York (tercera parte).

Esta ciudad daría para estar escribiendo toda una vida, ya no solo por lo que tiene, sino por todo lo que seguramente va apareciendo (y desapareciendo).

El caso es que este domingo nos acercamos hasta la Gran Manzana para hacer algo de turismo, pero tranquilamente. Nos hubiera gustado visitar el Metropolitan Museum of Art, pero lo cierto es que el tiempo pasa tan deprisa cuando uno está en Nueva York, que al final no nos dio tiempo.

En todo caso, sí que visitamos lugares míticos, así que haré un breve resumen.

La estatua de la Libertad.

Lo cierto es que de cerca impresiona más de lo que hubiese podido pensar. No es demasiado alta -desde mi punto de vista-, pero sí tiene un color muy particular. Desgraciadamente, para subir hasta el pedestal hay que pagar una cierta cantidad extra, y lo de las películas, eso de entrar hasta dentro la corona y/o antorcha... es ya historia.

Primer plano del monumento americano por excelencia.

Ellis Island.

La isla a la que llegaban una gran parte de los emigrantes europeos alberga varios puntos de interés. El Museo de la Inmigración es especialmente interesante, ya que cuenta con muchos objetos de la época, así como explicaciones varias de los procesos de reconocimiento médico a los que eran sometidos estas personas. Además, también continúa allí el hospital en que aquéllos que padecían enfermedades infecciosas eran puestos en cuarentena.

Imagen del Great Hall, hito de la historia reciente norteamericana. Era en esta sala donde los inmigrantes eran inscritos en los registros pertinentes.

Como anécdota, destacar que tanto en el propio museo -en unos ordenadores habilitados a tal efecto- como a través de la web, uno puede introducir el nombre y apellidos de alguna persona conocida que emigrase en esa época a los EE. UU., o bien simplemente buscar su propio apellido, para ver si hay alguien que coincida con nuestros datos personales.

Por último, dejando ya a un lado la parte "seria" de la entrada, uno de los lugares más conocidos/fotografiados/populares del mundo:

Times Square.

Es aquí donde uno comprende el porqué del sobrenombre de Nueva York: la ciudad que nunca duerme. Está lleno de turistas a casi todas las horas (inciso: desierto a las 6:30 de la mañana el lunes que volví de Canadá), y gracias a que han hecho peatonales algunas de las calles de este cruce, se puede decir que es posible caminar tranquilamente.

Todo tipo de tiendas de ropa, juguetes, souvenirs, establecimientos de comida rápida... hacen que esta parte de la ciudad sea completamente una locura, especialmente con todos los paneles luminosos. Merece mucho la pena visitar Times Square por la noche, es realmente una americanada.

Vista de la actividad nocturna un día "tranquilo" en Nueva York.

Por cierto, comentábamos hoy que probablemente la gran cantidad de gente que generalmente se sienta en la grada que han puesto en Times Square se tuvo que ir a dar un paseo el día que grabaron el siguiente videoclip. Una canción más que habla sobre la ciudad más conocida del planeta.



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